lunes, 20 de agosto de 2007

CUERPOS A MEDIDA

De mi infancia guardo el recuerdo de una niña en el vecindario que tenia el labio leporino, el labio superior partido y doblado, un defecto congénito poco frecuente pero que pesaba como una losa sobre quienes lo sufrían y que dificultaba seriamente su vida afectiva. Y conocí también niños y mayores con una gran mancha roja o negrusca en la cara o en alguna otra parte visible del cuerpo y adolescentes patizambos, deformaciones todas que los progresos de la medicina reparadora han hecho desaparecer de manera que de ninguna manera voy a criticar a la cirugía estética. Pero sí vale la pena reflexionar sobre lo que está ocurriendo en este campo.Desde hace un tiempo los progresos de la cirugía han permitido no solo intervenir en el funcionamiento del organismo sino modificar su aspecto como ocurre en los ejemplos que acabo de citar. De hecho el gran impulso para la cirugía reparadora fue la guerra del 14, cuando miles y miles de soldados resultaron con la cara destrozada por los proyectiles, los que en Francia se llamaron los “gueules casses”, mientras que la guerra mundial posterior significó su mayoría de edad, Entre reparar la cara de un soldado destrozada por proyectiles y modificar la nariz de una adolescente caprichosa la técnica quirúrgica es la misma y el objetivo en definitiva es el mismo, una imagen mas estética, la diferencia está en todo caso en el matiz de la motivación, y ello explica la tendencia a sustituir la denominación de cirugía reparadora por la de cirugía estética. Sea cual sea su denominación la expansión en los últimos treinta años de esta especialidad de la medicina ha sido explosiva. Se han multiplicado las zonas tratadas y las formas de intervención: lipoescultura, modificando la forma y la consistencia de cualquier región del cuerpo, modulación de la forma del pecho femenino con gran variedad de técnicas y de implantes, liftings para tensar el cutis y hacer desaparecer las arrugas en cualquier zona y por supuesto en primer lugar en la cara y en las zonas mas visibles, otoplastia, rinoplastia y, la última en llegar y que parece que hoy es la que tiene mas demanda, especialmente en el sexo masculino, la blefaroplastia o cirugía para rejuvenecer la mirada. Con esta expansión lo que hace un tiempo era un capricho de millonarios se está convirtiendo en una necesidad social, Aumentan el número de clínicas y de profesionales dedicados a ella y aparecen los aficionados y se amplia el abanico de los precios y surge la competencia. Abundan los extranjeros del norte de Europa que acuden a Barcelona atraídos por el prestigio de sus profesionales pero también por unos precios mas atractivos pero todavía lo son mas en Argentina y en otros países suramericanos y la tercera parte de los franceses que se operaron el año pasado lo hicieron en Túnez .Claro que esta expansión tiene sus riegos, cada vez con mas frecuencia llegan a los periódicos noticias de accidentes graves e incluso de muertes ocurridas en intervenciones que no respondían a ninguna necesidad sino a un mero capricho estético pero no hay peligro de que esto haga variar la tendencia, También cada día muere gente en accidentes en la carretera y no por ello dejamos de usar el coche. La cirugía estética ha llegado para quedarse.En los últimos siglos el avance extraordinario de las ciencias naturales ha permitido innovaciones impensables en el pasado, aviación, teléfono, radio y televisión, ordenadores, Internet… pero desde hace algún tiempo es el progreso de la biología y de la técnica aplicada a la biología lo que está permitiendo realizaciones sorprendentes que modifican procesos biológicos, por ejemplo la reproducción, que parecían intocables y casi sagrados. Y lo ocurrido hasta ahora es solo el prólogo de lo que puede venir de manera que la cirugía estética es solo el comienzo. Obviamente las modificaciones en el cuerpo se hacen para acercarse a un modelo de belleza que se considera deseable porque expresa la perfección del cuerpo humano pero es sabido que a lo largo de la historia la imagen ideal del cuerpo y de su apariencia ha variado profundamente y también es sabido que este canon esta sujeto a modas, modas que cada vez cambian mas rápidamente. Y si una señorita ha podido decidir hasta ahora el cambiar el color de las uñas o del pelo o la altura de la cintura en sus vestido según las modas o según su humor ¿por qué, si la técnica se lo permite, no va a variar según las temporadas la forma de sus senos o de sus glúteos? E incluso podemos imaginar que en las pasarelas del futuro al lado del modisto genial figure el cirujano estético que ha moldeado el cuerpo de las modelos para ajustarlas a las creaciones del genio. Pero ¿hasta que punto este esfuerzo para acercarse a un ideal de belleza satisface las necesidades del ser humano?El que desea cambiar de aspecto es porque de alguna manera está insatisfecho con el que tiene, porque le hace sentirse inseguro en sus relaciones con los demás y porque cree que un aspecto más cercano a los estándares estéticos vigentes aumentaría su autoestima. Y es posible que la intervención quirúrgica colme sus deseos pero también es posible que a pesar de la intervención su vida siga discurriendo por los mismos caminos y que su inseguridad se mantenga de manera que traslade sus esperanzas a una nueva intervención y luego a otra y así entre en un circulo inacabable de esperanzas ilusorias y de angustias. De manera que no estaría de más recordarle que la primera condición de la felicidad es la aceptación de sí mismo con sus limitaciones empezando por la aceptación del propio aspecto. Y una segunda observación no menos obvia. La preocupación por el propio aspecto empieza muy pronto y se exacerba en la adolescencia pero al llegar a la madurez la preocupación se convierte en la lucha contra las consecuencias de la edad y del envejecimiento. Y es cierto que es posible retrasar estas consecuencias pero no indefinidamente de manera que también aquí el realismo se impone, tarde o temprano llegará la vejez y la mejor manera de vivirla es aceptando sus limitaciones incluso en el aspecto exterior.

Miquel Siguan
Catedrático emérito de la UB
msiguan@ub.edu

Frase a destacar: “en las pasarelas del futuro al lado del modisto genial figurará el cirujano estético que ha moldeado el cuerpo de las modelos”

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